Avanzaremos en nuestra vida cristiana a medida que desarrollemos un conocimiento del Dios Trino en nuestra experiencia personal. Y tal experiencia requiere una vida entera de devoción a dicha tarea y la inversión de considerables periodos de tiempo en cultivar la intimidad con Dios. Se puede conocer a Dios únicamente cuando nos dedicamos y consagramos nuestro tiempo a Él.